Miradas

lunes, 30 de septiembre de 2013

El día que no cabía más pena en mi retina

Cuando llegué solo había
restos de versos tirados por el suelo,
canciones rotas
y lágrimas a medias.

No me dio tiempo a hablar,
ya se había ido.
No quedaba ya siquiera el eco de su esencia.
No dejó entre las sábanas
ni un diminuto ápice de su existencia.

Todavía se sentía el hedor a vacío,
los labios fríos
del que ansía besar tu espalda mojada.

Aquel silencio se tragó de un sorbo mis latidos
y se convirtió durante doce milésimas en la música del más ardiente infierno.

Deseé romper los cristales 
con la fuerza de un insecto,
con los ojos cerrados
y el corazón siempre abierto.

Conjuré dos deseos,
el primero mortal,
el segundo...
tenía que ver con tu ombligo y mis labios.

Mojé la almohada de pena,
reventé mil caricias contra el suelo,
arañé la pared con palabras que
habían sonado más bonitas a tu oído.

¿en qué momento se rompieron las botellas 
que llenamos de recuerdos?
¿quien se habrá llevado todas las verdades
que nunca nos dijimos?

Si sabes que la calle está llena de silencios
y mi tinta de la más espesa marea
que te arrancó de cuajo los más privados sueños.

Si sabes 
que si tú no estás yo no soy,
que si tú no eres,
yo no estoy.

Que rompería el hielo de la Antártida por morder tu cuello,
que con un solo pestañeo
eres capaz de tumbarme en el suelo.
Que, vida mía, si tú no estás yo no me muero, simplemente no vivo.





miércoles, 25 de septiembre de 2013

Liberté

P1090714 by Secuoya777
A photo by Secuoya777 on Flickr.

Voy a escribir esto con un pedazo de 'yo'
que me encontré entre la arena,

Nada más gigante que la playa,
nada más infinito y acogedor.

Me dice 'ven'

En esas noches en las que nadie me oye,
en las que hasta el silencio me huye 

y ya ni las paredes escuchan.

Entonces,


hago de las nubes mi techo,

de la luna mi anzuelo,
de las olas mi pulso
y del viento, mi república .

En horizontal y con la mente en blanco,

sin más límite que el cielo
y con el Edén a mis espaldas

dejo fluir la tinta que se quedó en el tintero,

me dejo llevar por el lugar bendito que no tiene dueño,
escucho el llanto que desgarra cada ola al romperse
y pienso que pensar es la última de mis prioridades en ese instante.

Invoco a las musas

y a veces las toco
dejo que la mente hable,
-aunque ella nunca calla, a pesar de que nos empeñamos en callarle

Sin más compañía que el horizonte,

sin más ruido que el más sonoro silencio.


La dejo que baile un vals con los últimos soplidos de Septiembre,

que grite y que susurre 
los motivos de su hambre,
y, por último, 
me dejo nacer de nuevo,
dibujo mi alma 
y cada milímetro de mi le da las gracias al mar,
al universo y a los pájaros
por darme algo de calor
para un invierno cargado de colores grises 
y lejos del Oasis al que llamo
el hogar de mi alma.

''Locus amoenus''







Esta mañana has roto hasta el aire.

Lo has roto todo, de un manotazo dado con el alma,
que son los que más duelen,
y los que más rompen.

Con una sola palabra
has hecho gritar a cada uno de mis poros.

No quiero ni pensar qué hubiese pasado si llegas a usar la mirada.



lunes, 23 de septiembre de 2013

Alguien debería entenderme

No espero que me entiendas,
ni tu ni nadie.
Ni que lo intentes,
ni siquiera espero que me leas.
No.
Yo no escribo para eso,
diría que más que escribir...vomito.
Vomito trozos de palabras no dichas
o de abrazos no dados,
de pensamientos que pesan
o de sueños malos.
Me gusta llamarlo así,
porque así lo siento.
Como una necesidad,
la del que cambiaría tinta por oxígeno,
e inspiración por viento.
...................................
Y que me harta la tele,
las caras que no dicen nada y los corazones que,
del poco uso que reciben, se vuelven huecos,
como un eco en medio de un teatro,
alguien gritando y solo hueco. Y eco.
Y risas sonoras pero vacías,
y llantos amargos y palabras de plástico malo.
Y sentimientos que no se sienten y se dicen,
y besos que se sienten pero se quedan en el tintero.
Y que me harta el siglo XXI,
que promete esperanzas y solo trae cabezas tontas
y avaricias que engañan.
Que destruyen y crujen,
y estropean la paz y la verdad
a base de monedas de metal
Así que
Alguien debería entenderme cuando digo
que no nos queda más abrigo que la verdad, y que en este siglo de hipocresía,
es un bien bastante escaso.
Y alguien debería apoyarme cuando digo
que el cambio empieza en la mente y no en el bolsillo.




Con la lluvia de la mano, por ejemplo un tango

A lo mejor amanezco hoy en uno de esos portales grises,
vigilando cada gota de lluvia que cae 
y se estrella con el asfalto.

Puede que pase toda la noche analizando esas pequeñas partículas
y pensado
que tal vez no sean tan diferentes a mi.

Seguramente tenga el placer de bailar un rato con ellas,
al compás de la música que todos oyen 
pero nadie escucha,

de los acordes de la tormenta,
la melodía del cielo y de los días reservados a los poetas y a los viejos.

Creo que voy a dedicar unas horas 
a abrazar este abismo que me separa de ti,
al cielo y a las nubes
que hoy no están de humor
pero que  -aunque desafinada- 
se merecen una canción.

No hay cosa mejor que matar horas agarrada a la cintura del diluvio, perseguida únicamente por mi sombra